La pinza entre el PP y el PSOE ha asestado a los agricultores el golpe definitivo: en la primera sesión Plenaria celebrada en Estrasburgo, ambos partidos han rechazado las enmiendas que el Grupo Patriots, del que forma parte VOX, había presentado con el objetivo de derogar las medidas más lesivas del Pacto Verde y frenar la entrada masiva de productos agrícolas de Marruecos. Una política que afecta a toda España y que golpea con fuerza también a la provincia de Málaga, donde la agricultura es motor económico y social.
Mireia Borrás ha explicado que «el PP y el PSOE han vuelto a demostrar que trabajan juntos para destruir nuestro campo. Han votado en contra de proteger a los agricultores europeos y españoles, mientras siguen apoyando la entrada de productos de terceros países que no cumplen las mismas condiciones que se nos exigen aquí».
El impacto de estas políticas es evidente en Málaga. En la Axarquía, los productores de aguacate y mango ven cómo sus precios en origen se desploman por la competencia marroquí. En el Valle del Guadalhorce, los agricultores hortícolas soportan unos costes crecientes y una burocracia asfixiante que pone en riesgo la viabilidad de las explotaciones. Y en el interior, cultivos como el olivar, la almendra o el viñedo sufren una pérdida constante de rentabilidad, lo que conduce al abandono progresivo de fincas y amenaza la continuidad de explotaciones familiares.
Borrás ha añadido que «estas decisiones no buscan proteger el medio ambiente ni garantizar el futuro de la agricultura, sino imponer una agenda ideológica que estrangula a quienes nos dan de comer».
VOX ha reiterado que su compromiso es defender la soberanía alimentaria, garantizar el relevo generacional y devolver la rentabilidad al campo. El partido ha recalcado que estas medidas no son un problema lejano, sino una amenaza que afecta a toda España y que en Málaga tiene un reflejo directo en la economía, el empleo y el futuro de miles de familias.