El Grupo Municipal VOX Mérida ha rechazado el nuevo Plan General Municipal (PGM), aprobado inicialmente por el ayuntamiento, al considerar que no atiende a las verdaderas necesidades de los emeritenses, sino que responde a una “agenda ideológica impuesta desde instancias supranacionales”. Según VOX, bajo el lema de la “sostenibilidad”, se esconde una estrategia que promueve la política de crecimiento cero que puede limitar la construcción de nuevas viviendas, impone restricciones a la movilidad y frena la expansión productiva.
El grupo municipal denuncia que el documento urbanístico, de carácter intervencionista, elimina la posibilidad de crear nuevas zonas residenciales en suelo rústico, lo que reducirá la oferta de vivienda y provocará un aumento de los precios, que ya han subido un 65 % en Mérida durante la última década. La portavoz de VOX en el ayuntamiento, Marta Garrido, advierte de que este proyecto “constriñe el desarrollo de la ciudad y los planes de vida de los ciudadanos, con los recurrentes y engañosos argumentos de proteger el medio ambiente”.
Además, castiga el uso del coche y limita la libertad de los emeritenses, “especialmente de aquellos que no viven en el centro o trabajan a las afueras, y todo por el fanatismo climático”. Garrido ha denunciado que mientras otras ciudades apuestan por atraer inversión, facilitar la construcción de vivienda y mejorar las conexiones, Mérida ha optado por más burocracia, más trabas y menos libertad. En este sentido, ha recordado que “el urbanismo debe al servicio de la gente y no de ideologías”. VOX Mérida ha anunciado que presentará alegaciones al nuevo Plan General para proponer un modelo que priorice las necesidades reales de las familias y los jóvenes, favorezca el desarrollo económico y proteja el comercio local.