Mire, señora Vicepresidenta, fallaron en la previsión del apagón por imponer ideología y fallaron en la gestión posterior por pura incompetencia. Durante toda la jornada hemos escuchado sus mentiras, las del Gobierno, las suyas, las del presidente Sánchez y todos los bulos que han soltado estos días sin rubor.
Mintieron cuando dijeron que nadie les había avisado. Como bien ha recordado el presidente Feijóo, recibieron 11 avisos —uno por uno— que advertían de lo que podía pasar. Acusaron de difundir bulos a quienes alertaban sobre un posible apagón. Han mentido durante meses, señora Vicepresidenta.
Mienten cuando dicen que la culpa es de la energía nuclear. Menos mal que estaba la francesa, ¿verdad? Mienten cuando aseguran que España no tiene uranio, aunque hoy mismo han vuelto a repetirlo aquí. Resulta curioso que no tengamos uranio pero sí una empresa nacional dedicada a él. ¿Dónde está contratado el gerente? En el PSOE, cobrando por su silencio, como es costumbre en su partido: tapar con dinero público los errores de los suyos.
Mintieron cuando dijeron que atendieron a los ciudadanos durante la emergencia. Dejaron a la gente abandonada en trenes durante 14 horas, sin agua ni aire, sin buses ni presencia de la Guardia Civil ni la UME. No mandaron a nadie. Nada. Absolutamente nada. Pero eso sí: relato y propaganda no faltaron.
El presidente Sánchez tuvo tiempo para generar un relato apenas 15 minutos después del apagón: en Moncloa ya hablaban de un ciberataque. Dos horas después, la Unión Europea desmentía esa versión, igual que el supuesto sabotaje de tres días. Todo mentira. Ustedes son relato y mentira. Esa es la marca de este Gobierno.
Y usted, señora Vicepresidenta, eligió ser una sanchista de pro. Mintió. Fue incompetente. Y ha dilapidado la poca credibilidad que aún podía tener. Pasará a la historia como la única ministra desde Alfonso XIII a la que se le fue la luz. Y no ha dimitido. Ni una sola autocrítica. Piénselo.
La transición energética no puede ser un experimento ideológico. Ustedes sometieron a los españoles a una prueba sectaria: forzaron la red para demostrar que podíamos funcionar solo con renovables, aunque todavía no tengamos la tecnología ni la estabilidad para hacerlo. Fracasaron.
Y mientras todo esto sucedía, ustedes seguían el manual del sanchismo: mirar para otro lado, echar culpas ajenas y evitar asumir responsabilidades.
Además, no podemos dejar de señalar la coherencia oportunista de ciertos senadores: Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, que antes votaron en contra de crear la comisión investigadora del caso Libra, ahora han votado en contra de la ley de Ficha Limpia. Antes estaban con Milei, ahora con Cristina. Siempre la misma jugada, solo hay que estar atentos: el juego se ve cada vez más claro.
Señora Vicepresidenta, el Gobierno no estuvo donde tenía que estar. Ni antes, ni durante, ni después. No fue un fallo técnico, fue una decisión política fallida. Y España entera lo sabe.