VOX Ceuta señala que los últimos datos oficiales sobre la llegada de inmigrantes ilegales a la ciudad autónoma —casi 3.000 personas por vía terrestre en lo que va de año según Interior — confirman las advertencias que la formación lleva realizando desde hace meses. “La frontera de Ceuta se ha convertido en un auténtico coladero ante la pasividad del Gobierno central y la negativa del resto de grupos políticos a reforzar los medios de control”, denuncia el partido.
A juicio de VOX, “este notable aumento de entradas irregulares es la consecuencia directa del efecto llamada provocado por las políticas permisivas del Ejecutivo y su falta de contundencia en materia de seguridad fronteriza”. Como ejemplo, el partido recuerda que la iniciativa que VOX llevó a la Asamblea hace tan solo unos días para reforzar el perímetro fronterizo fue rechazada por todos los demás grupos políticos, incluidos PP, PSOE y MdyC.
VOX lamenta que se ha perdido una nueva ocasión de reclamar medidas como la mejora del vallado, el refuerzo de personal, sistemas tecnológicos de vigilancia, drones patrulla y la rehabilitación de los espigones de Benzú y Tarajal. E insiste en que todo con ello con el consenso del bipartidismo, “más preocupado por repartir el problema de la inmigración ilegal por todo el país, que por solucionarlo”.
“Los hechos nos dan la razón”, apunta el portavoz de VOX, Juan Sergio Redondo, para reiterar que “Ceuta no puede seguir siendo la puerta abierta de la inmigración ilegal hacia Europa”. Y el partido señala directamente al Gobierno y al resto de partidos como “los responsables de esta situación por negarse a actuar a tiempo.
La formación insiste en que es urgente reforzar la frontera y dotar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de los recursos humanos y materiales necesarios para garantizar la seguridad de los ceutíes. “El efecto llamada es una realidad que VOX lleva meses denunciando. Hoy los datos confirman lo que otros negaban”, avisa Redondo y añade: “Ceuta necesita seguridad, control y respeto a la ley, no políticas buenistas que solo agravan el problema”.