
Estamos a punto de perder el control sobre el bienestar y el mercado laboral suecos. Las constituciones y los tratados de la UE son claros: las cuestiones relativas a la fijación y formación de salarios son competencia nacional. A pesar de esto, en los últimos años la UE, sobre una base jurídica inestable, ha presentado y adoptado una serie de nuevas leyes con consecuencias para la formación de salarios en particular.
Esto muestra claramente que la Comisión de la UE opta activamente por malinterpretar las limitaciones de los tratados. Suecia necesita mantenerse al margen de la actual centralización de la política del mercado laboral europeo y obtener una exención formal de la mayoría de las regulaciones de la UE en esta área. El modelo de partido sueco no debería tener que defenderse constantemente mediante compromisos con representantes de países con regulaciones laborales completamente diferentes. Necesitamos salvar el modelo sueco de la UE.