Fernando Iglesias: «El acuerdo Unión Europea-Mercosur puede ser un paso trascendental para la reconexión productiva de la Argentina con el mundo».
El Diputado Nacional Fernando Iglesias señaló que la firma definitiva del acuerdo Unión Europea-Mercosur puede ser un paso trascendental para ambas regiones y constituir una oportunidad única para la reconexión productiva de la Argentina con el mundo. Su importancia no se reduce a lo comercial. El acuerdo es beneficioso para nuestro país porque:
1- Crea un enorme mercado común de 800 millones de personas (25% del PBI mundial), el más grande del mundo, que viabiliza inversiones de escala en industria y servicios que una economía nacional de nivel medio como la argentina no puede alcanzar por sí sola.
2- Establece un control de calidad sobre el Mercosur de gran importancia en una región que lleva tres décadas de proceso de integración sin haber alcanzado una institucionalidad regional, ni una unidad aduanera, ni un mercado interno común dignos de ese nombre.
3- Inserta al país en cadenas de producción globales al mismo tiempo que alinea geopolíticamente a la región con las democracias del mundo, alejándola del frente autocrático cuyo principal actor es China y cuya principal agencia son los BRICS.
4- Obliga a una modernización competitiva de la economía argentina en plazos razonables pero estrictos (hasta 10 años) que no dependerá de la voluntad de los gobiernos, ya que el acuerdo, una vez firmado, adquirirá rango constitucional.
Los avances en el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur obtenidos en la cumbre de Montevideo son muy importantes, pero existe una enorme desinformación sobre sus alcances y sobre la situación futura. Sigo el hilo para intentar explicarlo.
En 2019, el equipo del canciller Faurie y el gobierno de Mauricio Macri lograron concluir negociaciones que llevaban dos décadas de gestión. Pero el acuerdo no continuó su proceso de ratificación porque el lobby agropecuario europeo logró bloquearlo con la excusa de la ecología.
La Unión Europea presentó un documento con requerimientos ambientalistas que excedían por mucho los acuerdos alcanzados, y los países del Mercosur comenzaron la elaboración de un contradocumento exigiendo compensaciones proporcionales para aceptar las nuevas exigencias europeas.
Allí se trabó el proceso de aprobación: en la dificultad de los países del Mercosur para unificar sus exigencias y las de la Unión Europea para aceptarlas. Se abrió así un largo espacio de negociación (que pudo haber cerrado Alberto Fernández el año pasado, pero no lo hizo).
Lo que se aprobó en Montevideo es el documento presentado por los países del Mercosur y su aceptación por parte de la Unión Europea, lo que no implica la inmediata entrada en vigor del acuerdo pero destraba el proceso de aprobación; que es el siguiente.
Para aprobar enteramente el acuerdo en sus dimensiones económica, política y de cooperación se requiere la unanimidad de los 27 países de la Unión Europea sancionada por sus parlamentos. Un objetivo hoy imposible.
Pero la parte comercial del acuerdo puede entrar en vigor con la sola aprobación del Consejo Europeo (por mayoría calificada: 55% de los Estados miembros (15) que representen al menos el 65% de la población UE) y de los parlamentos nacionales de los países del Mercosur.
Ese es el proceso que inicia ahora, en el cual serán decisivos: 1) la posición de países -como Italia- capaces de bloquear la oposición de Francia, Austria, Polonia y los Países Bajos, y 2) la voluntad política de nuestros congresos para avanzar en la integración al mundo y la afirmación definitiva del Mercosur.
Fernando Iglesias: «No veo ninguna posibilidad de que el régimen de Maduro gane, ni veo la posibilidad de que acepte pacíficamente el resultado».
, por lo tanto hay que estar atentos.