Antelo: «China no compra, solo vende: destruye nuestra industria mientras Sánchez aplaude».
El último dato del déficit comercial con China debería alarmar a cualquier Gobierno que se preocupe mínimamente por su país: España importa de China seis veces más de lo que exporta. Una sangría. En 2023, nuestras exportaciones al gigante asiático no llegaron ni a los 9.000 millones de euros, mientras las importaciones superaron los 58.000 millones.
¿Resultado? Dependencia total, destrucción de la industria nacional y una competencia desleal que condena al paro a miles de familias españolas.
China no compra. China inunda nuestros mercados con productos baratos, en muchos casos fabricados con prácticas que aquí serían ilegales: condiciones laborales infrahumanas, dumping medioambiental y subvenciones encubiertas. Y mientras tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez mira para otro lado o directamente se rinde, entregando soberanía industrial y económica a una dictadura comunista.
Sánchez no tiene plan industrial. Tiene un plan ideológico. Un plan que busca igualar a todos por abajo, destruir al pequeño productor, al empresario que pelea cada día por mantener puestos de trabajo, y convertir al pueblo español en una masa dependiente del subsidio, la ayuda y la propaganda.