Camps vuelve como problema, no como solución y el PSOE lo agradece.
Camps no esconde ya su voluntad de «servir a la Comunitat» desde una posición de protagonismo y su entorno habla abiertamente de su deseo de liderar el PP valenciano, planteando una alternativa al actual President. Esta maniobra, interpretada como un acto de desafío directo, coloca a Mazón en una posición más frágil que nunca. La presión externa de la oposición se mezcla ahora con el fuego amigo.
Una vuelta polémica en el momento más inoportuno
La gestión de la emergencia climática ha dejado tocado al Consell, y con Mazón aún tratando de recomponer su imagen, Camps aprovecha el vacío para presentarse como figura redentora del partido, jugando la carta de la «experiencia» y la «honestidad recuperada», tras años de batallas judiciales que han terminado, en su mayoría, en absoluciones. Pero su nombre sigue cargado de polémica.
El retorno de Camps no solo desestabiliza el tablero autonómico, sino que también tiene lecturas nacionales. Desde la Moncloa, Pedro Sánchez celebra en silencio: cuanto más dividido esté el PP valenciano, más fácil será para el PSOE mantener su ofensiva electoral en una comunidad clave.
Un partido en dos tiempos
Fuentes populares reconocen que la dirección nacional del PP observa con preocupación los movimientos de Camps, temiendo que el conflicto interno trascienda lo autonómico y contamine la imagen nacional del partido. En Génova no quieren revivir viejas guerras ni fantasmas del pasado, justo cuando Feijóo intenta proyectar un PP moderno y unido.
Sin embargo, Camps parece decidido. Ya ha comenzado a activar redes y alianzas con antiguos referentes populares del sector más conservador y no se descarta que en los próximos meses formalice su candidatura a la presidencia del PPCV.
Beneficio para Sánchez, ruido para el PP
Para el Gobierno central, el caos en el PP valenciano es una bendición. Pedro Sánchez, acorralado por escándalos y presiones judiciales, encuentra oxígeno en los errores ajenos. Cada paso de Camps es una distracción para la derecha y una oportunidad para el PSOE de reforzarse en una comunidad históricamente complicada.
Mientras el PP trata de cerrar heridas abiertas, Francisco Camps las reabre. Y Pedro Sánchez, desde la Moncloa, toma nota y sonríe.
La reaparición pública de Francisco Camps con claras intenciones de regresar a la primera línea política no ha pasado desapercibida. El expresident de la Generalitat Valenciana ha lanzado un órdago al actual liderazgo del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, abriendo una grieta interna que amenaza con debilitar aún más a Carlos Mazón, tras la reciente DANA que azotó la región.
Camps no esconde ya su voluntad de «servir a la Comunitat» desde una posición de protagonismo y su entorno habla abiertamente de su deseo de liderar el PP valenciano, planteando una alternativa al actual President. Esta maniobra, interpretada como un acto de desafío directo, coloca a Mazón en una posición más frágil que nunca. La presión externa de la oposición se mezcla ahora con el fuego amigo.
Una vuelta polémica en el momento más inoportuno
La gestión de la emergencia climática ha dejado tocado al Consell, y con Mazón aún tratando de recomponer su imagen, Camps aprovecha el vacío para presentarse como figura redentora del partido, jugando la carta de la «experiencia» y la «honestidad recuperada», tras años de batallas judiciales que han terminado, en su mayoría, en absoluciones. Pero su nombre sigue cargado de polémica.
El retorno de Camps no solo desestabiliza el tablero autonómico, sino que también tiene lecturas nacionales. Desde la Moncloa, Pedro Sánchez celebra en silencio: cuanto más dividido esté el PP valenciano, más fácil será para el PSOE mantener su ofensiva electoral en una comunidad clave.
Un partido en dos tiempos
Fuentes populares reconocen que la dirección nacional del PP observa con preocupación los movimientos de Camps, temiendo que el conflicto interno trascienda lo autonómico y contamine la imagen nacional del partido. En Génova no quieren revivir viejas guerras ni fantasmas del pasado, justo cuando Feijóo intenta proyectar un PP moderno y unido.
Sin embargo, Camps parece decidido. Ya ha comenzado a activar redes y alianzas con antiguos referentes populares del sector más conservador y no se descarta que en los próximos meses formalice su candidatura a la presidencia del PPCV.
Beneficio para Sánchez, ruido para el PP
Para el Gobierno central, el caos en el PP valenciano es una bendición. Pedro Sánchez, acorralado por escándalos y presiones judiciales, encuentra oxígeno en los errores ajenos. Cada paso de Camps es una distracción para la derecha y una oportunidad para el PSOE de reforzarse en una comunidad históricamente complicada.
Mientras el PP trata de cerrar heridas abiertas, Francisco Camps las reabre. Y Pedro Sánchez, desde la Moncloa, toma nota y sonríe.