Álvaro de Lamadrid: «Cristina candidata: la política no se animó, la Corte no se decidió, y ahora todos necesitan que tenga fueros».
Por Álvaro de Lamadrid
Estamos viviendo en Argentina lo que yo llamo el loop de los bandidos sin castigo, y es hora de que alguien lo diga con todas las letras. Lo que está ocurriendo con Cristina Fernández de Kirchner no es una anomalía: es el costo de la impunidad y la claudicación de las instituciones.
Fui uno de los primeros en denunciar al kirchnerismo, cuando nadie se animaba. Cuando ser opositor en Santa Cruz era jugarse la vida. Nos quemaban la casa, nos perseguían, nos silenciaban. Pero nunca bajamos los brazos, porque sabíamos que teníamos razón.
Hoy muchos de los que se dicen paladines de la libertad y la transparencia fueron cómplices, gestores y encubridores de ese sistema corrupto. Y el actual gobierno no está haciendo nada para desarmar ese entramado: lo está profundizando.
📌 Los hechos no mienten:
- Cristina Kirchner fue condenada y tiene inhabilitación para ejercer cargos públicos. Sin embargo, se le allana el camino para ser candidata.
- La Corte Suprema dilata fallos claves. Va a condenarla, sí, pero cuando le convenga a ella.
- El gobierno de Javier Milei ha prolongado el plan de impunidad de Zannini y el kirchnerismo. No lo detuvo: lo convalidó.
Desde hace años, advertimos lo que pasaría. En 2009 presentamos junto a Gustavo Menna el proyecto de Ficha Limpia. ¿Qué pasó? Nada. Todos los partidos lo cajonearon. Lo dijimos en el Congreso, en la Justicia, en libros. Nadie quiso escucharnos.
Y cuando asumió Milei, a solo 19 días, fuimos a la Justicia a denunciar el plan de impunidad diseñado por el kirchnerismo durante el gobierno de Alberto Fernández. Pero nada pasó. No se jerarquizó la Oficina Anticorrupción, no se actuó contra la herencia de la corrupción. Se prefirió mirar para otro lado.
💬 ¿Qué está haciendo Milei?
Milei habla de libertad, pero su gobierno representa la revolución cultural de los chantas. Usa el marketing libertario para encubrir su rol como garante de impunidad.
- Cristina no solo no fue frenada, fue cuidada «entre algodones».
- Se juega una pelea de cartón entre Milei y el kirchnerismo, pero en el fondo están aliados por conveniencia.
- ¿El resultado? El país sigue atrapado en la trampa de siempre: corrupción sin castigo, con el aval de todos los poderes del Estado.
⚖️ No hay República sin justicia
Podemos votar, sí. Pero eso no es suficiente. No hay república donde no se pueda investigar la corrupción del pasado, ni del presente. La corrupción no es pasado: es presente y es futuro si no se actúa ahora.
Argentina necesita despertar. No podemos elegir a los saqueadores para combatir a los saqueadores. No podemos reemplazar la corrupción K con la impunidad M.
📣 Mi conclusión es clara:
“No hay nada más kirchnerista que lo que vas a encontrar hoy en el gobierno de Milei. El Gobierno no está combatiendo la impunidad: la está garantizando.”
La casta no cayó. Eligió con quién perder, con quién pactar, y con quién seguir robando. Por eso seguimos luchando, otra vez, como hace 25 años: contra la corriente, contra la moda, contra el miedo. Porque si hay algo que no debe pasar en la Argentina nunca más… es la impunidad de los saqueadores.
Federici: «Ficha Limpia no es prioridad porque molesta a los que mandan de verdad».
Mariano Federici, ex titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), señaló que lo que ocurrió anoche en el Senado de la Nación con la Ley de Ficha Limpia no es producto del azar ni de diferencias ideológicas. Es parte de una lógica mucho más profunda que lleva años en marcha: una resistencia estructural a cualquier intento serio de transparencia y rendición de cuentas.
Desde hace más de un año venimos viendo cómo se desmantelan, pieza por pieza, los mecanismos institucionales que permiten investigar, sancionar y prevenir la corrupción. La remoción de las autoridades de la UIF, la eliminación de su rol querellante en causas penales clave y el ataque constante a quienes nos enfrentamos al delito financiero desde el Estado forman parte de ese proceso.
En ese contexto, no sorprende que la iniciativa de Ficha Limpia haya sido bloqueada sistemáticamente, incluso por quienes en campaña aseguraban apoyarla. Porque esta ley, que impediría que personas con condenas por corrupción accedan a cargos públicos, no solo pondría fin a una anomalía jurídica y ética, sino que tocaría intereses concretos de actores que hoy negocian el poder real.
Ficha Limpia incomoda porque deja en evidencia lo que muchos quieren ocultar: que el poder político y el poder judicial, lejos de funcionar como controles recíprocos, a menudo operan en alianza para garantizar la impunidad. Esa es la verdadera razón por la que la ley no avanza. No es por fallas técnicas, ni por tiempos legislativos, ni por priorización de agendas. Es porque amenaza el pacto de supervivencia que sostiene a buena parte del sistema.
La ciudadanía exige un cambio profundo. Ficha Limpia no es una consigna vacía, es un punto de partida elemental para recuperar la confianza. Si ni siquiera estamos dispuestos a poner un límite claro a los corruptos condenados, entonces no hay reforma posible.
Quienes bloquean esta ley no defienden la institucionalidad, defienden privilegios. Y la historia les pasará factura.